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Ni una menos y cada día somos más. Los feminicidios en México

Los feminicidios es un tema que siempre estuvo en mi mente para escribir un artículo o investigar al respecto ,sobre todo porque siempre me ha interesado entender y analizar los temas que como sociedad mexicana solemos padecer, de hecho, hace no mucho tiempo, hice un trabajo sobre la falta de límites y como esto representaba el riesgo y la violencia para los niños mexicanos, sobre todo por las repercusiones fatales que suelen acarrear, entre ellas la muerte, como lo fue en el caso de Fátima Cecilia, una niña de 5 años, asesinada en 2019 y que conmovió a la población y a los medios de comunicación. Sin embargo, aún no me había atrevido a hablar de este tema, quizás por resistencia propia, al ser un tema espinoso, doloroso, complejo, con muchas aristas y que por supuesto a mi como mujer también me golpea. Al decidirme a hacerlo, la primera fantasía que vino a mi mente fue de miedo, ¿y si se publica y el contenido de mi trabajo llega a enojar a alguien, estaré yo también en riesgo? Creo que ese es justamente el problema, que a pesar de que hoy en día podamos hablar de lo que está ocurriendo, crear organizaciones y colectivos feministas, promover en redes sociales la denuncia, el empoderamiento y la emancipación femenina, organizarnos para marchar en contra y exigir a las autoridades que puedan hacer algo al respecto, el resultado obtenido es que esto sigue ocurriendo y cada día son más las víctimas. Al escuchar en las noticias sobre el caso de la muerte de Debhani y los otros cinco cuerpos que aparecieron durante la investigación de esta, así como el revuelo que esto género en todos los medios , debido a que los niveles de violencia e impunidad se vuelven cada día más insultantes para nuestra sociedad, me dije, al menos desde el psicoanálisis tenemos que poderlo pensarlo y aunque las soluciones al problema de pronto parezcan casi imposibles, colaborar en que todos podamos entenderlo, difundirlo y si se puede de alguna manera prevenirlo o bien apoyar a las familias que han sufrido estas pérdidas de madres, hermanas, primas , amigas, vecinas, etc. que tienen que ser traumatizantes.


Para comenzar a entenderlo, debemos tener en mente que esta problemática surge a raíz de diversas causas y son muchos los factores involucrados por los que continúa sucediendo, entre estas podemos destacar cuestiones de género, socioculturales, transgeneracionales, económicas, políticas, gubernamentales y por supuesto patológicas. Sin embargo, a lo largo de este trabajo me enfocare únicamente en las cuestiones socioculturales, transgeneracionales e individuales psicopatológicas para entender los feminicidios.


Los datos nos señalan que no sólo se trata de feminicidios, los homicidios y desapariciones forzadas, también aumentan cada día en México. Es por ello que actualmente nuestro país ocupa el cuarto lugar, a nivel internacional en el Índice Global en Delincuencia Organizada, elaborado por la Iniciativa Global contra el Crimen Organizado Transnacional en 2021. De acuerdo con esta investigación, los países con mayores niveles de criminalidad son los que experimentan conflictos o algún tipo de fragilidad institucional, situación que es aprovechada por la delincuencia organizada para tener una alta participación. El documento también nos recordó que México fue declarado el país más peligroso del mundo para los periodistas e igualmente obtuvo una de las puntuaciones más altas en cuanto a la trata y el contrabando de personas(Camarillo, 2021)


Pero ¿Por qué México es un país que se encuentra tan atravesado por la agresión y la violencia? Lo primero que nos viene a la mente, es que nuestro sistema de justicia es uno de los más deficientes en comparación con otros países, a diario nos enteramos de miles de personas desaparecidas, del descubrimiento de fosas comunes, del poder del narcotráfico por encima del estado, por lo que los feminicidios parecen ser simplemente una pieza más en este rompecabezas de la ruptura social.


Todo esto nos lleva a penar en el problema de la agresión, ¿es algo que forma parte del ser humano o se aprende?. En psicoanálisis el concepto de “impulso instintivo nos da una explicación de las fuerzas psíquicas responsables del comportamiento humano; el instinto son las características heredadas y el impulso es aquella parte del instinto, que experimenta grandes cambios como resultado de procesos de aprendizaje. Por lo tanto el impulso instintivo agresivo, es algo con lo que ya contamos al nacer como resultado de nuestras necesidades internas , pero también como la forma en la que nos adaptamos al entorno y es aquí donde aprendemos a lidiar con la agresión , ya sea neutralizándola, controlándola o incrementándola, según nuestras experiencias de vida, desde que nacemos. (Gonzales, A 2011)


Por ejemplo , un bebe al sentir hambre , experimenta una importante carga de agresión , es por eso que lloran desesperadamente , para movilizar a la madre y que esta pueda alimentarlo, cuando esto sucede, la agresión se neutraliza y la necesidad se satisface, por lo que traduce esta experiencia como el amor que le provee la madre y que calma su agresión . De esta , se formara el prototipo de sus futuras relaciones y también de la percepción interna que tiene de si mismo. Pero cuando esto no sucede de manera satisfactoria , el bebe tiene que lidiar solito con su agresión y esta además aumenta, ya que siente mucha frustración, al no recibir lo que necesita (alimento, cariño, atención), por lo que termina haciéndose representaciones malas de esa mama que lo alimenta , así como de el mismo, ya que piensa que el también pudo haber sido culpable . Melanie Klein (1934) menciona que los niños que muestran tendencias criminales y las actúan una y otra vez, son niños que más bien temen una cruel represalia de sus padres, como castigo de sus fantasías agresivas dirigidas contra ellos; por lo cual desde el inicio de la vida ,sienten que son malos por sentir ese enojo hacia los padres en sus pensamientos y tienen conductas destructivas para ser castigados por eso , porque el castigo real es menos grave ,que el que se imaginan en su fantasías.


A medida que el niño crece, se va capacitando para lidiar con mayores cantidades de agresión a través de su pensamiento o de sus fantasías y al llegar a los 6 años el niño ya ha internalizado entre otras cosas el comportamiento agresivo de sus padres; si a esto le sumamos que muchos niños en México se desarrollan en ambientes multi carenciados o agresivos , esto se dará , no sólo en la fantasía, sino que será reforzado y confirmado en la realidad, y cuando se lleguen a pasar ciertos límites, el individuo podrá sentirse con derecho a destruir a la gente justificadamente. Esto se repite de generación en generación, ya que los padres de estos niños probablemente se desarrollaron en las mimas situaciones adversas y difícilmente van a poder establecer relaciones estables para con sus hijos, y de esta manera se perpetua una sociedad cada vez más agresiva y con menos valor por la vida .


Sin embargo, surgen muchas preguntas al respecto ¿Qué es exactamente lo que está ocurriendo?, ¿Por que se le mata a la mujer con tanta facilidad? Y ¿Por qué tanto odio?, ¿Por qué existe tanta impunidad frente a la suma exorbitante de feminicidios y pocos detenidos? Sobre todo, si entendemos que estos feminicidas, finalmente también nacieron de una mujer.


En algún momento, conocí la historia del asesino serial Ted Bundy, el cual fue famoso por haber matado a múltiples mujeres y niñas en la década de los 70s en Estados Unidos, el FBI registro alrededor de 36 víctimas, sin embargo, el número real es desconocido, cuestión por la cual fue detenido y condenado a muerte en la silla eléctrica. Ted Bundy encaja perfectamente en el perfil del hoy feminicida, sin embargo, la pregunta es ¿Por qué en México parecieran haber miles de Ted Bundy´s y porque estos permanecen sueltos, cuando a este caso se le dio como condena la pena de muerte?


En México los feminicidas matan a las mujeres porque pueden, porque existe un referente sociocultural de género en donde se percibe a la mujer como objeto devaluatorio, de dominio y de descarga pulsional , porque saben que el sistema de justicia es deficiente y pueden quedar impunes, confirmando así la trasgresión de la ley, tan característica en estas patologías que suelen violar o asesinar y finalmente porque estos hombres hacen uso de la fuerza física en el pasaje al acto , donde tristemente si son superiores a la mujer, por simples cuestiones biológicas.


Comencemos por comprender que ese bebe, niño y potencial futuro feminicida nace de una mujer y esta debería ser su primer objeto de amor, sin embargo, pareciera ocurrir exactamente lo contrario. Claude Balier (2000) en su libro el psicoanálisis de los comportamientos sexuales violentos, el cual escribe después de haber analizado a violadores y asesinos que se encontraban presos, nos menciona que normalmente cuando observamos las relaciones entre estos sujetos y sus madres, vemos que hay una relación de rechazo y asimilación, se trata de madres temidas y odiadas desde las primeras etapas de su vida; por lo tanto lo bueno de la mujer trae consigo lo malo, y esto vuelve a aparecer a lo largo de su vida, en el interior de sus pensamientos , no pudiendo deshacerse de ellos y eso es lo que los hace llevar a cabo el acto de violación, asesinato o ambas; porque no pueden tolerar revivir el sentimiento de sentirse inexistentes para esa persona que fue tan importante. Por eso mucho de los feminicidios cometidos en contra de la pareja sentimental ,se llevan a cabo cuando precisamente cuando ellas amenazan con dejarlos.

Se trata de madres que fueron percibidas como muy poderosas y a la vez muy débiles , sobre todo si consideramos que en nuestra cultura; la familia mexicana desde hace miles de años es caracterizada por el exceso de madre y la ausencia de padre, por lo cual es únicamente sobre el hijo donde suelen tener el dominio completo , este podrá ser el objeto donde pueden descargar de manera inconsciente toda su rabia y sus frustraciones, que no se atreven admitir por ser madres. Si a esto le sumamos que se trata de un hijo varón, probablemente este vendrá a remitirle al hombre o a los hombres que la han violentado o la han abandonado. Ramírez (1998) menciona que una mujer adecuadamente satisfecha en los diferentes aspectos de su vida, no brinda al niño el exceso de sus cargas no satisfechas.


O también terminan depositando en este hijo varón su sed de venganza, lo que a su vez promueve transgeneracionalmente la polarización de los géneros, ya que esta madre suele ser la que promueve en el hijo ,el maltrato hacia otras mujeres. Es frecuente ver que, en muchas comunidades, al juntarse la nueva pareja, es la mujer quien se muda a vivir con la familia del hombre, para de esta manera educarlas y hacerlas a su manera; en estos escenarios normalmente las suegras suelen ser muy agresivas con sus nueras, así como lo fueron con ellas, quedando la mujer doblemente desprotegida y violentada, de ahí que ella también reproduzca la violencia.


Podemos pensar entonces en muchas madres, que a pesar de estar llevando a cabo este rol femenino tan estimado por la cultura, lo hacen desde una posición en donde parecieran gozar poco de esta maternidad y están criando a sus hijos con grandes montos de agresión y abandono. La psicoanalista Marta Campos, en el coloquio feminismo y psicoanálisis, nos mencionaba que no todas las maternidades son libres y elegidas, además de que la crianza implica sacrificar muchas cosas y por ende se requiere de una importante red de apoyo. Se cuestiona mucho a las mujeres que dejan a los hijos, pero no al varón, por lo cual muchas veces queda al cuidado de todos menos de ella, termina convirtiéndose en la esclava de la casa, ya que lleva a cabo sus labores las 24 horas, durante siete días a la semana sin descanso, bajo esta exigencia patriarcal.


En otros escenarios implica salir a trabajar para mantenerlos y tener que dejar a los hijos, en el mejor de los casos, al cuidado de otras mujeres de la familia ,con la abuela o las tías; actualmente, un factor que debemos tomar en cuenta, es que se eliminaron la estancias infantiles que fungían como guarderías, al igual que desaparecieron los refugios para las mujeres que sufrían de violencia intrafamiliar, aspectos que a su vez contribuyen a que las madres tengan, cada vez menos redes de apoyo por parte del entorno y se vean mayormente impedidas a llevar a cabo eficazmente esta función materna.


Vemos que desde el lado de los hombres, existen nulas o escasas posibilidades de identificación con una masculinidad saludable o equilibrada en relación con la mujer, es preciso reafirmarse y defenderse, es por ello que se reproduce la impunidad, por esta repetición de renegación frente a la ley del padre; no ser poderoso es no ser nada, y terminan identificándose con el agresor, que en este caso es lo que les permite “ser” hombres.


La antropóloga argentina Rita Sagato (2006) nos dice que los feminicidios, tienen dos funciones, por un lado, la retención o manutención del poder y, por el otro, su reproducción, es decir, el objetivo, no es solamente mantener a las mujeres subordinadas en las relaciones de género, sino expresar y comunicar un mensaje a sus interlocutores masculinos; al mismo tiempo que , existe una afinidad entre cuerpo femenino y territorio, hay una asociación de conquista territorial y violación de los cuerpos tanto en las guerras como en las civilizaciones; por lo cual los feminicidios más que tener un fin sexual se ejecutan por medios sexuales, en donde la misoginia como motivo del acto, está más próximo al sentimiento de un cazador por su trofeo, se trata de un desprecio por la vida de las mujeres o a la convicción de que el único valor de esa vida se encuentra en su disponibilidad para la apropiación.


Como hemos podido analizar, las causas de esta problemática corresponden a ambos géneros, el síntoma son los feminicidios , producto de una importante desprotección y trasgresión de la ley por parte del estado, lo cual, a nivel social, repite lo que se vive a nivel intrapsíquico e intrafamiliar, en los hombres y mujeres que conforman nuestra sociedad y la padecen.


La manera en que la sociedad ha presentado su denuncia frente a los feminicidios ha sido a través de las continuas manifestaciones en las que exigen al gobierno justicia o el poder encontrar a las mujeres desaparecidas, recientemente incluso se han llegado a detener carreteras, con tal de exigir que se encuentren a personas desaparecidas.


La marcha del 8 de marzo que se ha venido llevando a cabo desde el 2020, con el objetivo de protestar en contra de las violencias machistas, contra el trabajo precarizado, el aborto legal y el derecho a decidir, se pide un alto a los feminicidios y los transfeminicidios en el país; se utiliza como emblema el color morado, como símbolo de la mezcla del rojo y el azul que representaría a ambos géneros. Sin embargo, es una marcha que se lleva a cabo de manera separatista, los colectivos feministas piden no llevar hombres para velar por la seguridad de todas, y entiendo perfectamente las razones por las cuales se llega a esta lógica, sin embargo considero que la lucha feminista radical, aunque pueda aportar mucho al empoderamiento femenino, en ocasiones genera una mayor polarización y provoca desde el lado masculino mucha rabia o enojo, más allá de una comprensión de la problemática y es ahí donde se pierde todo el objetivo.


La respuesta a esta problemática está en la educación enfocada hacia la equidad, las mujeres debemos comenzar por educar hijos de ambos géneros sin diferencias sustanciales preestablecidas, porque la realidad actual requiere del apoyo y colaboración de ambas partes, tanto para construir una familia, como para alcanzar objetivos económicos o laborales; debemos permitirnos romper con patrones arcaicos e inoperantes que perpetúan la cultura patriarcal y que nos está matando.


Hacia los hombres debemos hacerlos participar desde niños en todas las tareas que se requieren en el hogar, permitirles encontrar e identificarse con distintas formas de masculinidad y evitar encasillarlos en roles rígidos de género, dejarlos expresar sus emociones, así como permitirles contactar con sus partes femeninas, sin trasmitirles el miedo de que esto los hará menos hombres.


Entre mujeres debemos hacer un esfuerzo en intentar transmitirles a nuestras hijas mensajes de fortaleza y autocuidado emocional, evitar identificarlas con cuestiones devaluatorias o de debilidad que comúnmente se le suelen adjudicar al género, erradicar frases como “la vida de las mujeres es más complicada, nosotras solemos sufrir más o si no haces tal, te vas a quedar sola”, la vida de todos es complicada. Promover desde niñas la sororidad, que la otra pueda significar una fuente de apoyo, más allá de la competencia, la envidia y la rivalidad, ahora más que nunca tenemos que apoyarnos entre nosotras para protegernos, porque todas estamos expuestas frente a los feminicidios. Debemos también comenzar a educar la sexualidad femenina desde una perspectiva abierta y distinta, dejando de juzgar el cómo debe de vivirse en cuanto a cuestiones moralistas, sino más bien hacerlas dueñas de su cuerpo y de sus decisiones, ya que esto las protegerá mucho más, transmitir que la maternidad es simplemente una elección y no una imposición que les dará valor, todas las elecciones de vida tienen valor. En cuanto a las madres es muy importante que puedan hacerse de una red de apoyo que las acompañe durante el proceso de la crianza de sus hijos, así como buscar espacios para ellas que les proporcionen bienestar, entre estos el espacio analítico, para poder brindarle lo mejor a sus hijos.


Finalmente y tristemente, no nos queda más que cuidarnos, tomar precauciones en la medida de lo posible y buscar fuentes de apoyo.


Bibliografía


-González, A (2011) Obras de Avelino González Fernandez.1°edicion. México. Sociedad Psicoanalítica de México.

-Camarillo, L (2021) México, cuarto lugar entre los países con mayor criminalidad en el mundo. (https://noticias.imer.mx/blog/mexico)

-Balier, C. (2000) Psicoanálisis de los comportamientos sexuales violentos, una patología del inacabamiento.3°edicion. Argentina. Amorrortu Editores.

-Klein, M. (1921-1945) Amor, culpa y reparación y otros trabajos. 1°edicion. México. Editorial Paidós.

-Ramírez, S. (1998) Infancia es Destino. 2°Edición. México. Siglo veintiuno editores.


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